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domingo, 8 de junio de 2014

Civil – Obligaciones. Responsabilidad médica. Defensa de los Consumidores y Usuarios. Se sostiene en la demanda que hubo negligente omisión de asistencia médica por parte del personal sanitario del centro-hospitalario, que concreta en la falta de detección precoz y retardo en la intervención facultativa adecuada frente a un proceso de agravación de una neumonía. No se estima.

Sentencia del Tribunal Supremo de 19 de mayo de 2014 (D. JOSÉ ANTONIO SEIJAS QUINTANA).

[Ver resolución completa en Tirant On Line Premium. http://www.tirantonline.com/tol]
PRIMERO.- Doña Blanca, en su nombre y el representación de sus hijos menores, don Pascual y don Roberto, formuló demanda frente al Hospital Virgen del Mar, a quien reclamó la suma de 166.136,53 euros en concepto de indemnización (90.619,92 euros para la esposa y 37.758,30 para cada uno de los hijos menores), por el fallecimiento de su esposo y padre, don Eliseo, a causa de la negligente omisión de asistencia médica por parte del personal sanitario del centro-hospitalario, que concreta en la falta de detección precoz y retardo en la intervención facultativa adecuada frente a un proceso de agravación de una neumonía; que fue diagnosticado en dicho Hospital el 11 de mayo de 2001, donde ingresó, falleciendo el 13 de mayo a las 12.15 horas.
La sentencia del Juzgado consideró acreditada dicha negligencia y condenó al Hospital Virgen del Mar al pago de la cantidad reclamada 166.136,53 euros, al no haber adoptado medios materiales y personales para el tratamiento adecuado del enfermo; no haberse prescrito otra cosa que la toma de temperatura y no haberle hecho una radiografía, ni controles periódicos para supervisar la supuesta mejoría. La demandada interpuso recurso de apelación, que fue estimado.
La sentencia considera que no hubo la negligencia que se imputa por la falta de realización de pruebas tales como gasometría, radiografía y analítica para un posible diagnostico pues como recoge el medico forense en su informe, de fecha 4 de julio de 2002 y la ampliación de fecha 9 de enero de 2003, el diagnostico de la enfermedad, neumonía, así como su tratamiento fue el correcto llegando incluso por mejoría a sustituir el tratamiento intravenoso por oral el día 12 de mayo, por lo que a la vista de la evolución, ausencia de fiebre, ausencia de dolor intercostal, otras pruebas resultaban innecesarias.
Añade, además, que las pruebas diagnósticas fueron las que el caso necesitaba de acuerdo con el protocolo medico para el tratamiento de la neumonía, máxime cuando el antibiótico que le habían suministrado dio su fruto a las 48 horas aproximadamente produciéndose una mejoría, y que "la atención medica tras detectar su empeoramiento resulto adecuada trasladando al enfermo a la UCI realizándole maniobras de resucitación".
A la cuestión de si pudo o no detectarse de modo precoz el agravamiento de la neumonía, responde que no se ha acreditado que se tuviera conocimiento del empeoramiento del paciente para proceder a intervenir el personal medico. Tampoco consta acreditada fehacientemente queja o requerimiento alguno de la esposa, siendo irrelevante que no existiera medico de planta pues se encontraban en el Hospital, medico de guardia y facultativos de la UVI, por lo que de haberse detectado precozmente el empeoramiento el tratamiento medico se hubiere instaurado de inmediato. Añade que el informe forense de fecha 9 de enero de 2003 sostiene en sus conclusiones punto tercero "que el estado del paciente durante esas 24 horas fue adecuada y que su proceso de agravación de insuficiencia respiratoria fue súbito", concluyendo "en que de la historia clínica, incluyendo hojas de enfermería, véase informe de 9 de enero de 2003, y ante la ausencia de incidencias desde el día 12 al día 13 de mayo de 2001 excepto la fiebre referida, indicaría un proceso de agravación de insuficiencia respiratorio súbito". En ningún caso se rechaza esta posibilidad, y según informe de la perito Sra. Alicia la complicación más grave de la neumonía, síndrome de distres respiratorio agudo que padeció el Sr. Eliseo tiene una tasa de mortalidad hasta de un 45% de los pacientes aun cuando estos se encontraran en UCI.
Contra esta sentencia la parte actora interpuso recurso de casación.
SEGUNDO.- El único motivo del recurso, por interés casacional, se formula por infracción del artículo 1903 del Código Civil, en relación con los artículos 26 y 28 de la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios, con vulneración de la doctrina del Tribunal Supremo sentada en las sentencias de 7 mayo de 1997, 11 de marzo de 1996, 5 de enero y 4 de julio de 2007 y 10 de diciembre de 2010 . Se dice en el motivo que según dicha doctrina lo determinante para considerar que existe una responsabilidad civil impuesta a los centros sanitarios basada en un principio culpabilistico, es analizar si se han empleado todos los medios personales y materiales existentes en medicina y si se han realizado todas las pruebas de control necesarias para el seguimiento de la enfermedad. Lo cierto es, añade, que no se han puesto a disposición del paciente todos y cada uno de los medios necesarios para verificar la evolución de la enfermedad, pues desde las 10 horas del día 12 de mayo, hasta su ingreso y muerte en la UVI, no se realizaron pruebas al paciente de ningún tipo, solo una toma de temperatura efectuada 20 horas antes con resultado de fiebre.
Se desestima.
Lo que se denuncia en el motivo supone que la sentencia ha quebrantado el artículo 1903 CC, en relación con la normativa de consumidores y usuarios, y en contra de la doctrina de esta Sala, como efecto de una equivocada calificación y aplicación jurídica que a éste debe darse al ser la culpa o negligencia en el agente que causa el daño una cuestión jurídica que puede revisarse en casación. Y es el caso que la sentencia acepta que la conducta de la demandada se ajustó en todo momento a la diligencia que requería el caso y esto es lo que provoca realmente el desenfoque del problema puesto que lo que le imputa nada tiene que ver con un diagnóstico equivocado o con una falta de medios puestos a disposición del paciente, que descarta expresamente la sentencia.
Lo que imputa al Sanatorio es que en el curso curativo de la paciente no fuera lo diligente que cabía esperar a la vista de la evolución y de los síntomas inequívocos manifestados, y es lo cierto que la impugnación se hace en el motivo ignora las conclusiones de las pruebas practicadas y valoradas en la sentencia sobre la evolución del paciente y el correcto funcionamiento del centro hospitalario puesto que adoptó a tiempo los medios materiales y personales para el adecuado seguimiento y evolución de la dolencia del paciente (neumonía), en evitación del ulterior agravamiento que ocasionó su fallecimiento, señalando incorrectamente aspectos materiales del conjunto probatorio de aplicación que serían más propios de un recurso extraordinario por infracción procesal que de casación.

Sin duda, la calificación jurídica que se concede en la instancia a los hechos representa una labor cumplida en el ámbito de la valoración de la prueba, que en nada se opone ni a la normativa que se cita, ni mucho menos a la jurisprudencia de esta Sala que aplica la sentencia con conocimiento y rigor.

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