Sentencia del
Tribunal Supremo de 22 de diciembre de 2015 (D. Miguel Colmenero
Menéndez de Luarca).
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PRIMERO.- El recurrente ha sido condenado como autor de un delito
de tenencia de artefactos explosivos en concurso de leyes con un delito de
colaboración con organización terrorista a la pena de 7 años de prisión. Contra
la sentencia interpone recurso de casación.
(...)
En el tercer motivo, al amparo del artículo 5.4 de la
LOPJ y 852 de la LECrim, denuncia la vulneración del derecho a un proceso con
todas las garantías y a la prohibición del bis in idem en relación a la
institución de la cosa juzgada. Entiende que se ha dictado condena por un hecho
por el que ya fue condenado en otra sentencia de la Sala, dictada en el Sumario
1/2013, que fue ratificada por la STS nº 878/2014, de 23 de diciembre, por lo
que se ha castigado dos veces un mismo hecho. En ambos casos se condena por la
tenencia de explosivos preordenada a la colocación posterior por parte de
terceros. Argumenta que en la sentencia no se diferencian con el debido rigor
los hechos ocurridos en octubre de 2011, objeto de esta causa, y los que
tuvieron lugar en setiembre de 2012, objeto de la otra causa mencionada, por lo
que no puede excluir que se trate de un mismo hecho que se prolonga en el
tiempo.
Examinaremos en primer lugar este último, adelantando que
será estimado, lo que hará innecesario el examen de los otros dos.
1. El principio non bis in idem no aparece expresamente formulado
en la Constitución de 1978. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional ha
entendido que debe considerarse incluido en el principio de legalidad del
artículo 25, aunque tal inclusión sea discutida doctrinal y
jurisprudencialmente. En la STC 23/2008, se encuadraba la prohibición de
incurrir en bis in idem procesal o doble enjuiciamiento penal en el derecho a
la tutela judicial efectiva (art. 24.1 CE), concretándose en la imposibilidad
de proceder a un nuevo enjuiciamiento penal si el primer proceso ha concluido
con una resolución de fondo firme con efecto de cosa juzgada. Tal como aparece
formulado en el artículo 14.7 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos (Nueva Cork, 16 de diciembre de 1966), nadie podrá ser juzgado ni
sancionado por un delito por el cual haya sido ya condenado o absuelto por una
sentencia firme, de acuerdo con la ley y el procedimiento penal de cada país.
Lo que el principio prohíbe es, en el ámbito interno, la doble sanción penal
por los mismos hechos, o incluso una segunda persecución a través de un nuevo
procedimiento respecto de hechos ya enjuiciados, lo que implica que, para que
pueda ser válidamente alegado, es preciso que exista una sentencia firme
anterior, respecto de cuyos fundamentos de hecho se pueda realizar una
valoración en relación con los hechos perseguidos en el nuevo procedimiento o
contemplados en la segunda sentencia, que, naturalmente, ha de ser
condenatoria.
Con estas previsiones, íntimamente vinculadas con la
institución de la cosa juzgada, ha de relacionarse la especial naturaleza de
determinadas clases de delitos, entre ellos los llamados de tracto sucesivo,
que dada la descripción típica vienen constituidos por varios comportamientos
que, aun cuando sean diferenciables unos de otros, tanto por sus circunstancias
como específicamente por el aspecto temporal, sin embargo no integran diversas
infracciones delictivas, sino que forman conjuntamente una sola. Naturalmente
hasta que, en atención a las circunstancias concurrentes, pueda decirse que la
conducta inicial ha finalizado completamente, de manera que hechos nuevos
darían lugar a nuevos delitos. En línea con lo expuesto, se razonaba en la STS
nº 556/2015, de 2 de octubre, con cita de la STS 974/2012, 5 de diciembre, que
"...en
la construcción de loscorrespondientes tipos penales el legislador a veces
utiliza conceptos globales, es decir, expresiones que abarcan tanto una sola
acción prohibida como varias del mismo tenor, de modo que con una sola de ellas
ya queda perfeccionado el delito y su repetición no implica otro delito a
añadir. (...) En definitiva, actividades plurales que nos obligan a que
tengamos forzosamente que considerar integrados en esta figura criminal, como
delito único, la pluralidad de conductas homogéneas que, de otro modo, habrían
de constituir un delito continuado,. Esto es lo que un sector doctrinal
denomina "tipos que incluyen conceptos globales", es decir, hechos
plurales incluidos en una única figura delictiva, lo que obliga a considerar
que una variedad de acciones punibles de contenido semejante constituyan, no un
delito continuado, sino una sola infracción penal (SSTS 519/2002, 22 de marzo;
986/2004, 13 de septiembre).
2. La jurisprudencia ha señalado que el delito de
colaboración con organización terrorista es un delito de mera actividad y de
riesgo abstracto que se suele integrar por una pluralidad de acciones por lo
que tiene la naturaleza de tracto sucesivo, añadiendo que el propio tipo
penal se refiere a la colaboración en plural «...son actos de colaboración...»
STS nº 1140/2010, de 9 de diciembre. Por lo tanto, en atención a esa
naturaleza, aunque para su consumación basta con un solo acto de colaboración,
la existencia de varios de esa clase no supone la comisión de otros tantos
delitos de colaboración, sino que todos ellos se integran en uno solo. Ello no
significa que no sea posible establecer un corte temporal, de manera que los
actos de colaboración realizados desde ese momento vinieran a constituir un
nuevo delito. Pero solamente se ha admitido a esos efectos la cesura provocada
por el cese de la actividad determinada por la detención por parte de las
autoridades.
Algo similar ocurre con el delito de tenencia ilícita de
armas o de explosivos, según se puso de relieve en la STS nº 730/2012, de 26 de
setiembre. En esta resolución se planteaba la cuestión relativa a la
determinación del momento a partir del cual puede considerarse cerrada o
finalizada una actividad delictiva, de forma que las actuaciones típicas
posteriores pasarían a integrar una infracción diferente. El Tribunal
estableció que, en esta clase de delitos, existe solución de continuidad no
solo cuando se ha dictado una sentencia sobre los hechos anteriores, sino
también cuando el sujeto activo es objeto de detención o de una imputación o
citación para defenderse en la investigación seguida por unos hechos. En ese
instante se produce la ruptura desde el punto de vista jurídico, de manera
que toda la actividad posterior es susceptible de nuevo enjuiciamiento y puede
ser considerada como constitutiva de un nuevo delito, independiente y distinto
del anterior.
3. En el caso, el recurrente había sido condenado en
sentencia dictada por la Sec. 1ª de la Sala Penal de la Audiencia Nacional, de
fecha 28 de mayo de 2014, la cual fue casada por esta Sala en STS nº 878/2014,
de 23 de diciembre, dictando segunda sentencia en la que se le condenó como
autor de un delito de colaboración con banda armada, en su modalidad de
tenencia y transporte de explosivos para colaborar a los fines de la organización
terrorista Resistencia Galega, sin la concurrencia de circunstancias
modificativas de la responsabilidad criminal a la pena de 7 años de prisión e
inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de
la condena. En los hechos probados se declaraba que el aquí recurrente había
tenido en su poder explosivos, que se describen, y que pretendía entregarlos el
día 15 de setiembre de 2012, a miembros de la organización terrorista
Resistencia Galega con la finalidad de que fueran utilizados en un atentado
terrorista.
En el motivo, sugiere que podría ser que la posesión de
los explosivos tuviera lugar de forma ininterrumpida desde octubre de 2011
hasta setiembre de 2012. Sin embargo, lo que resulta apreciable es que si en
octubre de 2011 tuvo en su poder explosivos destinados a ser entregados a
Resistencia Galega y en setiembre de 2012 reiteró esa misma clase de posesión
de tal clase de objetos, aunque la conducta se integre por varios actos
temporalmente diferenciados, el delito cometido sería solo uno. Pues varios
actos de tenencia de explosivos con fines terroristas constituyen un solo
delito si entre ellos no aparece un suceso del tipo de los antes mencionados,
es decir, una sentencia condenatoria, una detención o una imputación o citación
para defenderse en la investigación seguida por unos hechos concretos.
Al haber sido ya condenado por esos hechos, no puede
serlo nuevamente, lo que determina la estimación del motivo y la absolución del
recurrente. No es necesario el examen de los demás motivos del recurso.
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