Sentencia del Tribunal Supremo de 22 de
febrero de 2017 (D. José Antonio Seijas
Quintana).
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SEGUNDO.- El recurso se formula por doña
Angustia por infracción del artículo 96 del Código Civil y la doctrina que lo
interpreta (sentencias 1 de abril y 14 de abril, 21 de junio y 5 de septiembre
de 2011; 26 de abril de 2012; 17 de octubre 2013 y 2 de junio 2014), en cuanto
limita a cuatro años el uso y disfrute de la que fuera vivienda familiar a
favor de los hijos menores de edad de la pareja y de la propia recurrente, al
ser ella la progenitora a quien se confiere la guarda y custodia de los niños.
Se estima.
Antes de entrar a resolver el
recurso, esta Sala se ve en la obligación de puntualizar algunas cuestiones que
se han planteado por el recurrido en relación con el recurso de casación, y que
determinarán la respuesta al único motivo formulado, en relación a la
pertinencia de establecer una medida como la de la atribución del uso de la
vivienda familiar en una relación de hecho de los progenitores; problema que ha
sido resuelto en la sentencia de esta sala de 1 de abril de 2011, teniendo en
cuenta el interés de los menores. Es cierto, señala, «que en la regulación de
la convivencia del hijo con sus padres cuando estén separados no existe una
atribución del uso de la vivienda (art. 159 CC), pero las reglas de los arts.
156.5 y 159 CC no contradicen, sino que confirman lo que se establece en el
art. 92 CC, por lo que la relación de analogía entre ambas situaciones (se
refiere al artículo 96 CC) existe, de acuerdo con lo establecido en el art. 4
CC».
En realidad, añade, «el criterio de
semejanza no se produce en relación a la situación de los padres, sino que de
lo que se trata es de la protección del interés del menor, protección que es la
misma con independencia de que sus padres estén o no casados, en aplicación de
lo que disponen los arts. 14 y 39 CE».
La respuesta a lo demás es clara. Es
cierto que esta sala viene admitiendo en algunas resoluciones recientes la
concurrencia de supuestos excepcionales que pudieran mitigar las consecuencias
del inflexible rigor en la aplicación del artículo 96.1 del Código Civil. Lo
que no es posible es que esta alegación sirva de argumento en la sentencia para
contravenir la reiterada doctrina de esta sala sobre el uso de la vivienda
familiar en supuestos similares pues a ninguno se refieren las
"resoluciones más recientes" que dice la sentencia, sin citarlas.
Lo que dice esta sala -sentencia de
17 de junio de 2013- es lo siguiente: «hay dos factores que eliminan el rigor
de la norma cuando no existe acuerdo previo entre los cónyuges: uno, el
carácter no familiar de la vivienda sobre la que se establece la medida,
entendiendo que una cosa es el uso que se hace de la misma vigente la relación
matrimonial y otra distinta que ese uso permita calificarla de familiar si no
sirve a los fines del matrimonio porque los cónyuges no cumplen con el derecho
y deber propio de la relación. Otro, que el hijo no precise de la vivienda por
encontrarse satisfechas las necesidades de habitación a través de otros
medios... ».
Consecuencia de lo cual es la
siguiente doctrina: «la atribución del uso de la vivienda familiar a los hijos
menores de edad es una manifestación del principio del interés del menor, que
no puede ser limitada por el Juez, salvo lo establecido en el art. 96 CC»
(221/2011, 1 de abril; 181/2014, 3 de abril; 301/2014, de 29 de mayo; 297/2014,
2 de junio; 660/2014, de 28 de noviembre; 282/2015, de 18 de mayo, todas ellas
dictadas en recursos de casación procedentes de la misma Audiencia).
Aunque la solución adoptada en la
sentencia pudiera llegar ser una solución en el futuro, no corresponde a los
jueces interpretar de forma distinta esta norma, porque están sometidos al
imperio de la ley (art. 117.1 CE).
Por lo demás, lo que no es
sostenible de ninguna forma es que, como argumento de refuerzo, se diga que «la
salida del referido domicilio se produjo por iniciativa de la sra. Angustia en
el mes de marzo de 2014 sin que se suscitase cuestión alguna en relación con el
indiscutible derecho de habitación de los menores, accediendo de manera
inmediata a una vivienda en las proximidades del domicilio familiar en el que
se ha mantenido sin controversia alguna al menos hasta el dictado de la
resolución recurrida». La demanda se formula el día 24 de marzo de 2014, y
estamos ante un hecho probado de violencia de género, en el que la primera
prevención que se recomienda a la víctima, como recuerda el Ministerio Fiscal
en su informe, «es el abandono del domicilio e inmediaciones donde se ha
producido la violencia».
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