Sentencia del
Tribunal Supremo de 10 de diciembre de 2019 (D. Francisco Marín Castán).
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PRIMERO.- La única cuestión jurídica que
plantea el presente recurso de casación es si el banco avalista demandado hoy
recurrente ha de responder o no frente al comprador de una vivienda en
construcción de todas las cantidades anticipadas a cuenta del precio, al margen
del límite cuantitativo del aval y de si esas cantidades fueron o no ingresadas
en una cuenta del promotor en dicho banco.
Los hechos relevantes para la
decisión del recurso son: (i) la existencia de un aval individual de la Ley
57/1968 otorgado por Banco de Valencia S.A. (ahora Caixabank S.A.) con un
límite de 1.500 euros; (ii) la entrega por el comprador demandante de la
cantidad que reclama en su demanda (72.230 euros), prevista en el contrato
celebrado el 8 de junio de 2005 (cláusula Segunda, apdo. B, letra b)) y
entregada a cuenta del precio de la vivienda, pero no ingresada en una cuenta
de la promotora-vendedora en la entidad avalista sino en una cuenta que aquella
(New Medina Villas S.L.) tenía abierta en otra entidad bancaria (Caja de
Ahorros de Valencia, Castellón y Alicante, Bancaja, actualmente Bankia S.A.); y
(iii) el incumplimiento de la promotora, dado que la vivienda no se llegó a
construir.
SEGUNDO.- El único motivo del recurso se
funda en infracción del art. 1-2.ª de la Ley 57/1968 y en contravención de la
doctrina contenida en las sentencias 733/2015 de 21 de diciembre, de pleno,
426/2015, de 16 de enero, y 142/2016, de 9 de marzo, sobre la responsabilidad
de la entidad de crédito que admita ingresos de los compradores en una cuenta
del promotor sin exigir la apertura de cuenta especial debidamente garantizada.
Según la entidad recurrente, dicha
doctrina habría sido vulnerada porque no fue depositaria, ni en cuenta especial
ni en cuenta ordinaria, de la cantidad de 72.330 euros que se le reclama, de la
que solo debería responder la entidad financiera en la que dicha cantidad se
ingresó, pues para responder conforme al art. 1-2.ª de la Ley 57/1968 y la
jurisprudencia, e incluso para responder como avalista, ya sea con base en una
línea de avales, ya con base en la existencia de avales individuales, es
imprescindible haber tenido conocimiento de los anticipos por su ingreso en una
cuenta de la promotora en esa entidad.
El comprador demandante se ha
opuesto al motivo alegando, en síntesis, que la responsabilidad legal de la
entidad depositaria conforme al art. 1-2.ª de la Ley 57/1968 y jurisprudencia
citada en el recurso solo opera cuando no hay garantías, lo que no es el caso
dada la existencia de una póliza de contraavales que determinó la emisión por
la recurrente de aval individual en garantía de las cantidades anticipadas por
aquel, documento además escrito en inglés que, a diferencia del aval en
castellano a favor de otros compradores, no establecía como condición esencial
que las cantidades se ingresaran en la entidad avalista; y que argumentos tales
como que el banco demandado no podía controlar los ingresos que se realizaran
en otra entidad no operan ni pueden servir de excusa al avalista.
TERCERO.- Sobre la cuestión planteada recurso
la sentencia 298/2019, de 28 de mayo, declara:
"Si existe garantía (aval o
seguro), esta sala viene reiterando que los anticipos ingresados por el
comprador se encuentran garantizados por el asegurador o avalista aunque no se
ingresen en la cuenta especial sino en otra diferente del promotor [...].
"Por tanto, cuando existe
garantía la responsabilidad de la entidad avalista no es la que incumbe como
depositaria a la entidad de crédito no avalista, conforme al art. 1.2.ª, sino
la derivada de dicha garantía.
"3.ª) En relación con la
garantía de los anticipos la jurisprudencia ha declarado, en lo que aquí
interesa:
"[...] b) Que la entidad de
crédito responde de todas las cantidades anticipadas, sin que proceda respetar
los límites cuantitativos del aval o de la póliza de seguro, pues la Ley 57/68
no establece límites y exige la cobertura de todas las cantidades entregadas y
la integridad de los intereses legales hasta que la vivienda se entregue y
cuente con "cédula de habitabilidad" o licencia de primera ocupación (sentencias
476/2013, de 3 de julio, 778/2014, de 20 de enero, 780/2014, de 30 de abril de
2015, 226/2016, de 8 de abril, y 420/2017, de 4 de julio, y 459/2017, de 18 de
julio). Sobre este punto la citada sentencia 420/2017, con apoyo en la
sentencia 436/2016, de 29 de junio, destaca que "la entidad avalista pudo
conocer la entrega a cuenta del precio en concepto de reserva con haber
requerido al promotor una copia de los contratos", argumento coherente a
su vez con la Orden de 29 de noviembre de 1968 que, en relación con la garantía
en forma de seguro de caución, imponía a las entidades aseguradoras el previo
conocimiento de los contratos cuyos anticipos garantizasen.
"c) Que la entidad de crédito
avalista en la que se ingresen cantidades anticipadas responde, aunque la
cuenta identificada en el contrato como especial fuera de otra entidad bancaria
diferente (sentencia 142/2016, de 9 de marzo, citada por la 436/2016, de 29 de
junio)".
En aplicación de tal doctrina esta
misma sentencia 298/2019, casando la sentencia recurrida, condenó al banco
avalista porque su aval "no podía limitar su efectividad, por impedirlo la
Ley 57/1968 según su interpretación jurisprudencial, ni en la cantidad ni en el
tiempo del comienzo de su vigencia ni, en fin, por razón de la cuenta en la que
se ingresaron los anticipos".
A su vez la sentencia 408/2019, de 9
de julio, razona que "mientras el garante (avalista o asegurador)
normalmente responde de todos los anticipos entregados por los compradores, en
cambio la entidad de crédito no garante solo responde de las cantidades que se
entreguen o depositen en ella".
CUARTO.- De aplicar esa doctrina
jurisprudencial al presente recurso se desprende que este ha de ser desestimado
por las siguientes razones:
1.ª) La sentencia de esta sala
142/2016, de 9 de marzo, especialmente invocada en el recurso, no favorece a la
entidad recurrente, porque antes del pasaje que se transcribe en el recurso,
atinente a que los anticipos se ingresaron en una cuenta de la propia entidad
avalista y no en la indicada en el contrato (razón 6.ª), la propia sentencia,
con cita de las sentencias 476/2013, de 3 de julio, y 467/2014, de 25 de
noviembre, declara que el aval debe comprender, por imperativo legal, "la
totalidad de las cantidades anticipadas por el comprador y se extiende en el
tiempo hasta que la vivienda se entregue y cuente con "cédula de
habitabilidad" o licencia de primera ocupación" (razón 5.ª).
2.ª) Por consiguiente, la sentencia
recurrida, lejos de infringir el art. 1-2.ª de la Ley 57/1968 y la doctrina
jurisprudencial de esta sala, se ajusta plenamente a la jurisprudencia sobre la
responsabilidad del garante por el total de las cantidades anticipadas con
independencia de la cuenta en que se ingresen.
3.ª) En definitiva, el recurso se
argumenta como si la condena de la entidad recurrente se fundara en el art.
1-2.ª de la Ley 57/1968, cuando de la sentencia impugnada resulta con toda
claridad que se funda en el art. 1-1.ª, es decir, en la responsabilidad de la
entidad recurrente como avalista conforme a la jurisprudencia de esta sala.
4.ª) En cualquier caso conviene
puntualizar que la responsabilidad del garante no es excluyente de la
responsabilidad fundada en el art. 1-2.ª de la Ley 57/1968 ya que, según las
circunstancias de cada caso, el banco que admita anticipos sin cumplir lo
exigido en dicha norma puede llegar a responder solidariamente con el garante
por el importe de los anticipos que hubiera admitido, como sucedió precisamente
en el caso de la citada sentencia 298/2019.
5.ª) También conviene aclarar que la
referencia de las sentencias 102/2018, de 28 de febrero (FJ 6. razón 2.ª), y
503/2018, de 19 de septiembre (FJ 5. razón 2.ª) a que las cantidades se
ingresen en el propio banco avalista ("pero en la misma entidad
bancaria") no debe entenderse como una condición para que el garante responda,
sino como un reflejo de que en el caso de una de las sentencias citadas como
precedentes (la sentencia 780/2014, de 30 de abril) se dio la circunstancia de
que las cantidades, además, se habían ingresado "en una cuenta de la
entidad bancaria, distinta de la definida como especial, pero abierta por
indicación e interés de la propia entidad bancaria", razón de más
("máxime, y a mayor abundamiento") para que en ese caso respondiera
la entidad de crédito avalista por encima del límite que figuraba en los avales
individuales.
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